Muchas y muy variadas han sido las modificaciones y secuelas que la llegada de la emergencia sanitaria ha provocado en el mundo. Específicamente, en el área educativa, en la última sesión de Consejo Técnico, la Secretaria de Educación dio a conocer que regresaron a las aulas un millón 700 mil docentes, en más de 187 mil planteles de todo el país.
Luego de los más de 17 meses en que permanecieron cerradas las instalaciones físicas de los centros educativos, la nueva normalidad se empieza a distribuir por las diferentes regiones de nuestro México.
A pesar de ello, debemos de ser capaces de tener en cuenta los aprendizajes que se tuvieron en el marco de la emergencia sanitaria a fin de estar en condiciones de nuevos eventos significativos que puedan estar en el corto o mediano plazo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció el 1 de junio un sistema de nombres para renombrar con letras del alfabeto griego a las variantes del SARS-CoV-2, con el fin de eliminar estigmas. Las primeras variantes de preocupación son Alfa (Reino Unido), Beta (Sudáfrica), Gamma (Brasil) y Delta (India). Existen además 2 variantes de interés: Lamba y Mu, así como la nueva denominada Ómicron.
La nueva variante del virus, de acuerdo con las declaraciones de la OMS, se ha definido la como altamente trasmisible de cuidado, en donde algunos países han cerrado ya sus fronteras de manera total o a ciertos países del sur de África, que es donde se ha detectado la nueva variante.
Ómicron ya se encuentra en América, dados los recientes casos descubiertos en Canadá, sin embargo, es claro que con la movilidad internacional que existe, debe de estar cerca de llegar a nuestro país, lo que debe de ocuparnos en estar alertas y preparados para enfrentar las posibles contingencias de esta nueva variante del virus.
Mas allá de entrar en pánico, que no es el caso, lo que se debe de hacer, especialmente en el ámbito educativo, es favorecer las medidas que tiendan a generar la certeza de que se cuenta con suficiente material higiénico y de protección en las escuelas y no como sucede en muchos centros, que son los propios maestros y padres de familia los que desde hace décadas se hacen cargo de los gastos en los centros educativos.
Otro aspecto fundamental que están recomendando las diferentes instancias tanto nacionales como internacionales, es la aplicación de un tercer refuerzo de las vacunas, lo que incrementa el nerviosismo del sector magisterial, el cual solo recibió una dosis de la denominada Cansino.
Hoy más que nunca se sabe de los efectos nocivos en términos sociales, económicos, psicológicos y de violencia intrafamiliar provocados por el cierre de los centros escolares, por lo que se debe de tener muy en cuenta la prevención para que no lleguemos a estos extremos en el futuro.
Dr. Manuel Alberto Navarro Weckmann
Doctor en Gerencia Pública y Política Social