La nueva realidad educativa

A partir de que la emergencia sanitaria empezó a mostrar el impacto de su paso en los diferentes sectores de nuestra sociedad, los números que tienen que ver con la generación de aspectos que tienen que ver con nuestra vida diaria han ido aumentando de manera aparentemente lenta, pero también imperceptiblemente rápido, dada la trascendencia que tendrán para las siguientes generaciones.

La nueva realidad ha sido brutal; de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la única economía en el mundo que no está en recesión es la China, que apenas ha crecido un 2.3%, de ahí en fuera, las economías han caído en recesión hasta en un 70%, lo que se anticipa, traerá consecuencias importantes para la sociedad contemporánea. 

De esta manera, la economía, en el turismo, en la alimentación, en las ciudades, en el desempleo, en la igualdad de género, en la salud mental, en el incremento de las brechas sociales, en el dolor provocado en las familias sin algún integrante, en la migración, en la incertidumbre y por supuesto, en la educación los efectos se dejan ver a simple vista.

El impacto en los factores asociados a la realidad educativa es muy fuerte. Para el caso de nuestro país uno de los más importantes ha sido el abandono del sistema educativo de más de 5.2 millones de estudiantes de entre 3 y 29 años, de los cuales 2.3 millones desertaron por causas atribuibles a la pandemia, mientras que 2.9 millones dejaron de asistir por falta de recursos económicos, de acuerdo con los datos que arrojó la Encuesta para la Medición del Impacto Covid-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020 del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).

De acuerdo con este instrumento estadístico, el impacto ha sido muy importante en los niveles educativos, pues, de acuerdo con la distribución porcentual, los motivos asociados a la emergencia sanitaria han sido: Un 94.7% en preescolar, 73.2% en primaria, 57.7% en secundaria, 35.9% en media superior y un 44.6% en la educación superior.

Así, el reto para el sector educativo es mayúsculo en el corto plazo, pues para el regreso a las aulas, se necesita no solo la vacunación masiva de la comunidad educativa como ya ha sido anunciado, sino de la reparación de los planteles educativos, cuya cifra ronda, de acuerdo con cifras conservadoras, los 1,600 millones de pesos, además de los recursos necesarios para la dotación de infraestructura básica sanitaria, como el equipamiento de factores básicos de higiene como sanitarios y agua potable del cual aun carece un número muy importante de escuelas en nuestro país.

Es una gran realidad el que se hace necesario el regreso a las aulas, aún más en las regiones y con los sectores más desprotegidos, pero para que ello suceda, es necesario coordinar los esfuerzos de los diferentes niveles de gobierno y del sector privado para garantizar la salud de personal docente, administrativo y estudiantes, pero más que todo, que ello no impacte en sus familias.

El autor es miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua

manuelnavarrow@gmail.com

https://manuelnavarrow.com

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