Muchos de los datos que algunas autoridades vierten en los medios de comunicación, representan una manera de brindar la nota, de congraciar posturas políticas o simplemente, de tratar de generar una apariencia de un trabajo que no existe o, en su defecto, de maximizar el impacto mediático y político del gobierno al cual sirven.
Un claro ejemplo de ello, lo constituyen los bebederos escolares, el cual, luego del censo que se realizó en 2013, dio como resultado algo que ya sabíamos: el grave abandono en que se encuentra la gran mayoría de nuestras instituciones educativas de educación básica.
Para darnos una idea de una parte de la problemática que viven en nuestras escuelas, de acuerdo con el Instituto Nacional de Infraestructura Física Educativa (INIFED) al 2015, había 145 mil 427 escuelas, de las cuales sólo el 18 por ciento contaba con bebederos, con lo que se concluye que se tenían un poco menos de 120 mil escuelas con esta difícil problemática.
Para enfrentar el problema, pero sin decir su magnitud, el entonces responsable del ramo Aurelio Nuño informaba que a junio de 2016 se tenía un avance de 25% en la colocación de bebederos en donde preveía la instalación de 40 mil en todo el país (apenas un 30% de los necesarios). La realidad era que el año pasado apenas se habían instalado un 17.6% y, para este año, se acaba de lanzar la convocatoria para 8 mil bebederos más.
Lo cierto es que después de varias licitaciones, algunas se han quedado desiertas, existen además demandas en donde se inmiscuyen problemáticas de forma y fondo y el Congreso de la Unión ha pedido informes y ha exhortado a la Secretaría de Educación Pública a que cumpla su meta, sin embargo, todo parece indicar que quedará muy por debajo del planteamiento que se hizo tres años atrás.
Pueden ser muchas las razones, sin embargo, según cálculos de los propios proveedores del servicio, se van a destinar $100,000 pesos por cada bebedero. Es grande la opacidad que existe en un programa tan noble como este, para poner un ejemplo, en este momento, “casualmente” la información del INIFED al respecto que se publica en la página del programa está actualizada al 31 de marzo de 2017, exactamente un año atrás.
Y lo peor de todo no sirven porque no traen el equipo de purificacion de agua adecuado, el agua que sale de esos bebederos no es purificada, por lo que lejos de ayudar estan envenenando a los estudiantes con bacterias y sales disueltas.
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Sí es lamentable la situación y la hamos vivido a lo largo de la historia de nuestro país; generalmente las asociaciones de Padres de familia solventan tal situación-muchas veces a costa del permiso de directivos – y ésto sería lo de menos, pero luego en los informes de Dirección ó de tinte político hay quienes se abanderan con el logro de esta actividad, la cual sí tuvo un costo muy alto. Pero a los actores de la muy amada profesión Docente nos interesan más los alumnos; sembrar les la semilla del conocimiento, que dejar un currículum de actividades, casi siempre ficticias. Y siempre estaremos dispuestos a defender nuestra mística de servicio en pos de la Sociedad. Gracias.
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