«La salud de la mujer adolescente es un factor clave para el progreso social, económico, político; y en muchos lugares estas mujeres y niñas afrontan problemas de discriminación, violencia y pobreza, lo que limita la capacidad de proteger y promover su salud»… Comisión Nacional de Bioética
A escasos días de haber conmemorado el día internacional de la mujer, fecha especialmente significativa no para celebrar o felicitar, sino para encontrar aquellas oportunidades que aun nos separan del lugar que deberían de tener en nuestra sociedad, deseo tratar un problema grave en nuestra sociedad como lo es el embarazo adolescente.
Dentro de los problemas que aquejan a la juventud, éste se ha convertido en un problema poblacional que amplía las brechas sociales y de género, y que, además, impacta fuertemente el proyecto de vida, educativo, de salud, de derechos humanos y al desarrollo personal de las adolescentes afectadas.
Algunos de los datos que día a día nos enfrentamos es que de cada mil embarazos, 77 son de adolescentes entre 15 y 19 años de edad; una de cada diez muertes maternas en el país ocurre en mujeres de 10 a 18 años; un embarazo o haber tenido un hijo es la cuarta causa de deserción escolar en jóvenes de 15 a 19 años.
Las razones más comunes que se identifican como consecuencia de embarazos en jóvenes adolescentes son la práctica de relaciones sexuales sin métodos anticonceptivos, matrimonio o unión libre a muy temprana edad, la presión de compañeros o amigos para tener relaciones sexuales, el consumo de bebidas alcohólicas y otras drogas, así como el hecho de carecer de información y conocimientos suficientes, entre otras cosas.
De acuerdo con Ana Güezmez García, representante de la ONU Mujeres, señaló que «Cualquier embarazo de una niña menor de 15 años es violencia y delito, hay que eliminarlo, pero mientras ocurra, debe investigarse como un abuso de poder».
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, en México, el 60 por ciento de las estudiantes que se embarazan dejan la escuela. En Chihuahua, de diez adolescentes embarazadas de entre 15 y 19 años, dos han estado embarazadas en más de una ocasión, y el 40 por ciento de casos no son planeados ni deseados.
A partir de 2011 los casos de embarazos en adolescentes en el estado de Chihuahua incrementaron sustancialmente, a tal grado que, de acuerdo con el estudio “La infancia cuenta 2015” desde noviembre del año pasado el estado de Chihuahua pasó a ocupar el primer lugar en maternidad de adolescentes, entre los seis estados de la frontera norte de México, al registrar 95 mil 920 casos en la población de 10 a 17 años. Particularmente en nuestra ciudad, las colonias Riberas de Sacramento, El Porvenir y Vistas del Cerro Grande, tienen los índices más altos de mujeres adolescentes embarazadas, cuyo mayor porcentaje corresponde a menores de 13 a 16 años, las cuales presentan también alguna problemática familiar, así como situación socioeconómica vulnerable.
Ello es ocasionado principalmente por la falta de cuidado, el rechazo permanente, la falta de orientación a los padres de familia para que sepan tratar a los adolescentes, tanto hombres como mujeres, en la etapa de mayor rebeldía; así como la ausencia de muestras de cariño, los continuos reclamos y regaños arrojan a los hijos a los brazos de aquella o aquellas personas en las que creen que encontrarán lo que no les dan en sus hogares.
Resulta fundamental entender que las políticas públicas, específicamente aquellas que se encuentran destinadas a favorecer la igualdad social, será muy importante para lograr impactar en aspectos tan importantes como el familiar o el educativo o, el mas importante, que es la vida de cada una de esas jóvenes cuya vida puede cambiar por un suceso como el descrito.
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