Hacia un sistema nacional de cuidados

«El cuidado de los seres humanos no puede ser una mercancía. Es una obligación social y debe ser tratado como tal.» – Michael Sandel

El reciente planteamiento sobre la creación de un Sistema de Cuidados representa un avance significativo en el reconocimiento del trabajo de cuidado no remunerado y habitualmente invisible que sostiene la base de nuestra sociedad. Este tipo de trabajo, que incluye cuidar a los más pequeños, a las personas con discapacidad, y a los adultos mayores, entre otros, es fundamental para el bienestar social y económico de cualquier nación. Sin embargo, a menudo se lleva a cabo sin una compensación adecuada o reconocimiento formal.

Contar con un sistema de cuidados bien estructurado y financiado es crucial porque reconoce y valora oficialmente la labor de cuidado como una contribución esencial al conjunto de la sociedad. Esto no solo mejora la calidad de vida de las personas que reciben cuidados, sino que también apoya a los cuidadores, quienes frecuentemente sacrifican su tiempo, recursos y oportunidades laborales y educativas para proporcionar esta atención.

La falta de presupuesto es un obstáculo importante en la implementación de políticas públicas eficaces. Sin la asignación de recursos financieros, las buenas intenciones expresadas en la ley corren el riesgo de quedarse en el papel y no convertirse en acciones concretas que mejoren la vida de las personas. El financiamiento adecuado permitiría que se establezcan programas de capacitación para cuidadores, se otorguen certificaciones que validen y dignifiquen su labor, y se garantice la seguridad social que merecen.

Además, es necesario que las políticas públicas en este ámbito promuevan la equidad de género. Históricamente, las tareas de cuidado han recaído principalmente en mujeres, lo que ha contribuido a la desigualdad económica y social de género. Un sistema de cuidados con financiamiento adecuado y políticas bien estructuradas puede corregir este desequilibrio y apoyar la participación equitativa de todos los géneros en el mercado laboral y en la esfera del cuidado.

Por lo tanto, la implementación de un sistema de cuidados es un paso fundamental hacia una sociedad más justa y equitativa. Un sistema bien financiado y con políticas públicas robustas puede asegurar que quienes llevan a cabo el cuidado reciban el apoyo que necesitan y merecen, y que quienes requieren cuidado reciban servicios de alta calidad. Es una inversión en la dignidad humana y el desarrollo socioeconómico que beneficia a todos.

Dr. Manuel Alberto Navarro Weckmann. Doctor en Gerencia Pública y Política Social.

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