«El entrenamiento físico no solo es una parte importante para tener un cuerpo sano, es la base de una actividad intelectual dinámica y creativa.» Arnold Schwarzenegger
En el marco del 8 de octubre, día de las profesoras y de los profesores de educación física, resulta por demás conveniente favorecer una reflexión en torno al desarrollo de esta importante actividad que tiene múltiples consecuencias positivas y de beneficio en las niñas, niños y adolescentes en la educación básica, no solamente durante la clase sino a lo largo de toda su vida.
En la educación básica, es común encontrar ideas erróneas y mitos que minimizan el papel de las y los docentes de educación física, reduciendo su labor a simples actividades recreativas o ejercicios físicos sin trascendencia. Sin embargo, la realidad es muy distinta. A pesar de que en muchos centros escolares no existe la figura de un docente de educación física y el docente de grupo se hace cargo de este tipo de actividades, el desarrollo de este tipo de actividades es fundamental, al influir de manera significativa en la formación física, emocional, social y cognitiva de las niñas, niños y adolescentes en la educación básica. Su labor va más allá de lo visible; no solo se enseñan movimientos y ejercicios, sino que también se inculcan valores, se fortalece la autoestima y se forman hábitos saludables que perduran toda la vida.
A menudo se olvida que las actividades dirigidas por estos docentes son un espacio para aprender lecciones importantes como la perseverancia, el trabajo en equipo, la empatía y la disciplina. Las y los maestros de educación física no solo impulsan a los estudiantes a mejorar sus habilidades motrices, sino que también les enseñan a enfrentar y superar retos. Con su guía, los estudiantes descubren que el esfuerzo sostenido trae consigo resultados y, con ello, aprenden una de las lecciones más valiosas que les acompañará en su vida adulta: la capacidad de superar obstáculos.
Además, es fundamental reconocer que el ámbito de la educación física no se limita al desarrollo físico. Las actividades deportivas son una oportunidad para que niñas, niños y adolescentes exploren y fortalezcan su identidad, construyan relaciones interpersonales saludables y aprendan a gestionar sus emociones. En un mundo donde los estilos de vida sedentarios y los problemas de salud relacionados con la falta de ejercicio son cada vez más comunes, la figura del docente de educación física se convierte en un pilar esencial para la creación de una cultura de bienestar físico y emocional desde edades tempranas.
Por todo ello, es necesario reflexionar sobre la importancia de estos docentes y trabajar para que su presencia en los centros educativos sea una realidad en todas las escuelas del país. No basta con valorar su labor, sino que se debe promover la inclusión de una cultura de la educación física en la formación de cada estudiante, reconociendo que el desarrollo integral de los jóvenes no puede ser completo sin esta formación. Fomentar su participación activa en el día a día escolar no solo beneficiará a las generaciones presentes, sino que sembrará la semilla para una sociedad mas saludable y equilibrada en el futuro. Porque la educación es el camino…
Dr. Manuel Alberto Navarro Weckmann.
Doctor en Gerencia Pública y Política Social
